La llegada al aeropuerto de Juba se
realizo dentro del horario previsto. El avión, ya tocado por el paso
de los años pero en perfecto funcionamiento, tomó tierra de manera
suave en el Aeropuerto de Juba. La pista deduzco que corta, escasa
diría, debido el frenazo que metió el piloto nada más tocar suelo
ya que fue de órdago. No estuvo mal, no.
Bajamos del avión, la temperatura muy
agradable, el sol, velado por algunas nubes, no era muy agresivo y el
aroma del que estaba impregnado el ambiente era “purito queroseno
no más”. La actividad podría considerarse de un cierto nivel.
Mientras bajábamos del aparato en una perfecta desordenada fila otro
grupo de aspirantes a volar, que salían del único edificio de una
planta y de unos 400 metros cuadrados, en total, por la puerta de
“Departures” , se mezclaban con nosotros mientras cada uno
buscaba su camino.
Aquello sí que iba a ser una aventura,
a escasos metros de la puerta de entrada a la sección de “Arrivals”,
donde se encuentra todo; aduana, oficina de pago de tasas, recogida
de equipajes, registro del mismo, visto bueno del agente de salida y
comprobación de que las maletas que te llevas son tuyas, apenas se
adivinaba nada de todo esto por los cristales velados de las puertas
dobles de 0,80x2,10, de las cuales una permanecía cerrada.
Cogí aire, me dispuse a entrar con la
mochila de mano y el ordenador colgados de ambos hombros cuando,
apenas a un paso y medio del vano de la puerta y después de que
entrara el pasajero que me precedía, asomó un letrero que decía
“Don Bosco”. Por encima y detrás la risueña cara de Gianni,
cuya mirada solicitaba de la mía una confirmación de que quien
tenía delante era a quien venía a buscar. Gianni es un profesor
retirado de árabe antiguo en la Universidad de Venecia, que está de
voluntario por el período de un año en el Complejo Escolar de Gumbo
llevando un proyecto de construcción de escuelas rurales en
localidades de los alrededores de la Capital. Pues bien, Gianni, así
como quien no quiere la cosa, me dio las instrucciones precisas de lo
qué tenía que hacer mientras ganaba la posición para mí en la
cola de pago de tasas para el visado, e inmediatamente después se
marchaba con los comprobantes de mis maletas para retirarlas de la
cinta de descarga. Esto de cinta es un decir, más que nada por
aquello de la costumbre. En realidad es una ventana por la que van
entrando las maletas, sin más.
En poco más de media hora ya había
hecho todos los tramites de entrada, compra del visado, cumplimento
de la misma, paso por la aduana, dejar mi huella dactilar y cuando ya
recojo mi pasaporte con todas las bendiciones administrativas de
entrada me vuelvo y Gianni, que en ese momento se había vuelto desde
el montón de maletas, me pregunta.- ¿Cómo son tus maletas?- Yo ya
le había dicho que eran dos grandes y rojas, pero el caos allí
dentro era indescriptible. La pregunta me llegó metiendo el
pasaporte dentro de la funda del ordenador, al oírla levanté la
cabeza y a escasos tres metros de nosotros estaban las dos, juntas y
de pie. Le dije.- Mira, son esas dos de ahí.- Fue muy curioso,
pareciese como si nos estuvieran esperando. El caso es que yo había
facturado las maletas hasta destino desde Madrid, es decir que en El
Cairo no las recogí, así que no sabía si llegarían a Juba o no.
Estaba claro que habían llegado.
Las recogimos, pasamos por el control
de equipajes en donde las palabras mágicas “Abbuna Don Bosco”
hacen eso, magia. No tuve que abrir ninguna. Los cuatro bultos que
llevaba encima fueron bendecidos con un par de “SS”
escritas en tiza en cada uno. Atravesamos el último control y
llegamos a la puerta que me daba acceso al país. Allí otro control
para ver que las maletas coinciden con los resguardos de la compañía
aérea y listo. Ya estaba dentro de Sudán del Sur...
Me lo he leido todo Javier. En este momento estoy currando ya a las 14:00 saldré a tomar un pote con Begiña ya que Lucía esta en casa de Esther. No te canses de escribir que todo lo que cuentes suena interesante y es un recuerdo de esta nueva aventura para tí y para los que te estimamos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarYo, como Pablo, también me lo he leído todo, todo. Qué bien que está saliendo todo, verdad? Por qué será? Lo de las SS, un poco yuyu, no? Un abrazo bien fuerte
ResponderEliminarQue bonito todo lo que cuentas.... sigue manteniendonos al dia de todo lo que haces...un beso enorme
ResponderEliminarmuchos recuerdos desde granada!!!! de Iñigo y Javier...y de nosotros...
ResponderEliminarBuenos días desde tierras tolosarras, veo que hasta el momento todo te ha ido de cine. Espero que siga así y que puedas empezar con fuerza y con ganas el nuevo proyecto que se te presenta ante ti. Aunque el martes que viene me voy para un mes de vacaciones te intentaré seguir en los sitios que tenga wifi.
ResponderEliminarMuchos ánimos y sigue contándonos tu experiencia en Sudán del Sur.
Saludos.
Iñaki
Desde vietiane capital de Laos Gema y Zarra te seguimos. Estaremos en contacto y nos linearemos
EliminarSaludos
Por cierto igual ampliais a mas tiempo
ResponderEliminarMuy buenas Javi: Esto está la mar de interesante, y además engancha desde el principio hasta el final. Seguro que todo va a ir sobre ruedas, casi, casi como los partidos de pádel....no con tanta gracia pero sí con la misma intensidad. Un saludo.
ResponderEliminar