domingo, 25 de agosto de 2013

Un sábado de cine.

Se acercan las siete de la tarde, mágica hora, el sol se zambulle en el horizonte arrastrando la última luz del día. Es algo que me maravilla. No sé si podre acostumbrarme a la manera de relacionarse que tiene el sol en estas latitudes. Por la mañana, a eso de las seis y media sale de golpe y porrazo, para cuando quieres pestañear ya esta afuera cogiendo más y más fuerza mientras sube disparado hasta una altura en la que parece encontrarse cómodo y se queda, comenzando su diario viaje este-oeste. Conforme pasan las horas, ahora en la temporada de lluvias, se hace notar, El sol pica con ganas aquí, a no ser que haya alguna condescendiente nube haga de “parasol” y mitigue esa sensación de picazón en la piel. Por la tarde se invierte el proceso, por la tarde, conforme avanza el reloj, el sol se torna más amable, más benévolo, parece como si hubiese soltado toda la energia asignada a la jornada y aguanta hasta que ya no puede más, entonces literalmente se deja caer. Si quieres no perderte una puesta de sol ya puedes prestar atención y no apartar la vista porque como te distraigas un poco ya tienes que usar la linterna para ver lo que tienes delante. Esto ocurre alrededor de las siete de la tarde.


Pues bien, para esa hora el atril, la mesa de mezclas, los altavoces, el proyector, el ordenador, todo está preparado. Todo y todos. Los chiquillos ya se han procurado las banquetas en las que acomodarán sus pequeños cuerpos mientras dure el espectáculo. Eso los más vivos, si por lo que sea alguno ha llegado tarde y no tiene banqueta, directamente solicitará la ayuda de otro y se sacarán un banco de la iglesia. Bancos de hierro de cuatro culos de cabida que pequeños y/o pequeñas que apenas llegan al metro de altura, sacan a la puerta de la parroquia haciéndose un hueco entre las innumerable banquetas individuales ya asentadas.
La mortecina luz de la tarde y la música que suena por los altavoces instalados ad-hoc anuncian sin equívoco alguno que la sesión de cine está a punto de comenzar. ¿Qué sera hoy? ¿Qué película estampará el frontis de la iglesia durante casi hora y media este sábado por la tarde?
Hoy toca una de baile. ¡¡Bien!! Música y baile, eso mola. La música y el baile siempre han estado ligados a esta tierra, a sus gentes. A nada que se oigan un par de sonidos de distinto timbre con cierta cadencia enseguida se ven cuerpos en sincopados movimientos acompañándolos, acompañándose.
El espectáculo transcurre con la atención de todo el mundo atrapada en la pared que hace las veces de pantalla. Pocos comentarios se oyen, tan solo alguna risa, alguna carcajada. Los más pequeños se unen a los bailes que van evolucionando en la pantalla y los mayores dividen su mirada entre la pantalla y los pequeños. La nuestra también esta dividida, pero nuestra atención está más centrada en la coreografía de los pequeños que en la película. Es increíble cómo tienen el ritmo metido en el cuerpo. Nos produce una envidia sana ver sus evoluciones, llenas de expresión, de naturalidad, sin tapujos ni condicionantes, puro movimiento, pura vida.
A las ocho y media el cine se acaba, ya es tarde, hay que ir a casa. La luz se apaga, la magia se guarda en la funda para el sábado siguiente. Cada quien devuelve a su sitio original el asiento que se ha procurado para el ratico de la tarde y, poco a poco, entre comentarios, risas y todavia algun movimiento remedando lo recién visto, las cabezas, las voces, las risas se disuelven en la noche. ¿ Y los que han montado el tinglado? A cenar, que también a ellos les toca. De vuelta al comedor se comenta cómo ha ido la sesión. Ha estado bien, todos nos hemos divertido, ha sido un acierto la elección.
Con la satisfacción de haber pasado y haber hecho pasar un buen rato entramos en el comedor para saborear la última comida del día y para disfrutar de una buena conversacón y mejor compañía.

sábado, 17 de agosto de 2013

WELCOME TO SOUTH SUDAN !!!!

Buenos dias amig@s:

Ya estoy en South Sudan, en Gumbo, muy cerquita de la capital Juba...
Tras un pequeño retraso de unos diez dias viaje por fin, via el Cairo, hasta este precioso pais, metido en medio del corazón de Africa. Javier me estaba esperando con los brazos bien abiertos para fundirnos en un fantastico y deseado abrazo y con una cervecita bien fria para celebrar el reencuentro y la octaba de mi cumpleaños... jjj
Africa me recibe tambien con los abrazo abiertos, como siempre, y con la simpatia de sus gentes y la sonrisas de sus niños... es muy facil sentirse aqui como en casa con a penas cuatro dias de estancia en el proyecto.

La comunidad que nos recibe esta formada en su mayoria por salesianos de la India y trabajadores y voluntarios de Kenia, Uganda y ... un monton de sitios más... en estos dias por aqui ha pasado mucha gente, pues todo el que entra en el pais para ir a trabajar en alguno de los proyectos, pasa por aqui al salir de aeropuerto.
Ya estoy metido a tope en el centro, ya he dado algunas clases y voy conociendo los espacios y los chavales a los que acompañamos. Esto es muy grande y os ire contando mas cositas en proximas entradas.
Aqui se vive con una sensación de tranquilidad total, el ambiente es muy positivo y de cominidad y todo el mundo te saludo y te sonrie haciendote sentir muy bien.
La inmersión linguistica es todo un reto, más vale que tengo a javi para ayudarme, pues no es sencillo entender con la cantidad de acentos, idiomas y formas de expesarse... pero me apaño bastante bien... yo creo que en unas semanas y podre hacer bromas con todo el mundo... jjj
Aqui la gente nos esta cuidando mucho y se les ve encantados con nuestra sencilla presencia. Las condiciones de vida son muy buenas de cuarto, aseo y comidica, muy diferente, pero muy rica... (Tranquila mama que no voy a pasar hambre...jjj)
Quiero agradecer a toda la gente que durante todos estos dias previos a mi viaje y ahora tambien en la distancia, me habeis llenado el alma de cariño, amistad, y muchisima fuerza y esperanza. Sin todos vosotros yo estoy convencido, que no habria sido capaz de vivir este paso con tanta tranquilidad y serenidad. Voy a intentar haceros participes de las cositas que vayamos viviendo en estas tierras, de los proyectos, los trabajos, y nuestros compañeros de viaje...
Cuento con todos vosotros para acompañarme...
Los dias pasan con calma y muy entretenidos, siempre hay cositas que hacer...
No quiero cansaros en esta primera entrada y os garantizo que habra muchas mas..
Disfrutar a tope del verano y nos lo vais contando tambien... Cuidaros mucho mutuamente...

Un abrazo, sonrisas y oraciones
Vuestro amigo que os quiere...
Iñigo